Reestructuración de deuda y un cruel escenario para emergentes
Los mercados globales han sufrido la semana pasada un severo castigobasado en dos razones principales. Por un lado, no se conoce todavía el verdadero alcance del coronavirus ni su potencial propagación. Por otra lado, el tiempo dirá el daño que se le generará a la economía global como consecuencia de las múltiples disrupciones de la actividad económica que el virus ha generado a la fecha. En este entorno de alta incertidumbre a nivel de macroeconomía global los mercados emergentes han sido especialmente castigados en varios frentes.
A nivel de monedas, ante un muy significativo aumento de la aversión al riesgo, todo el mundo está actualmente en cierre de carry tradeslo que motiva vender la moneda local y reposicionarse en dólares, dinámica que exacerba la depreciación cambiaria tal como venimos viendo a lo largo de todo este espectro de países.
Desde las commodities, el mercado se prepara para absorber una desaceleración global que tiene su epicentro en China,el principal demandante mundial, lo que genera una retracción de demanda y por lo tanto persistente baja de precios. Si se considera la clasificación de commodities en sus cuatro grupos relevantes, energía, alimentos, metales básicos y preciosos, solo este último grupo de la mano del oro y la plata reflejan a un mercado que castiga a todo commodity relacionado con el nivel de actividad de la economía real y solo premia a aquellos commodites principalmente correlacionados de manera negativa respecto a las tasas internacionales de interés como es el caso del oro.
Desde el punto de vista de los mercados de acciones, se ha planteado ahora un escenario de debilidad global que pone un techo en el potencial upside y recordemos que el mercado de acciones es todo upside esperado.
Finalmente a nivel de tasas internacionales de interés se observa que en la parte larga de la curva de USA tanto la tasa de 10 años como la de 30 años están marcando mínimos históricos.
En este entorno de una complicada coyuntura global se viene en breve la restructuración de deuda soberana y la misma se vería afectada por este evento en tres dimensiones posibles:
- Primero, una baja de tasas internacionales suele ser un buen escenario para bonos percibidos con alta calidad crediticia, lo que de alguna manera podría ayudar a que los valores presentes de la propuesta aumenten.
- Segundo, la baja de commodities en especial la soja, de mantenerse en el tiempo y de agravarse potencialmente podría llegar a plantear el interrogante de cuánto ingreso fiscal de Argentina se podría perder como consecuencia de dicho evento, aspecto que podría jugar en contra a la hora de seducir a los bonistas respecto al sendero fiscal escogido por la Argentina a futuro.
- Tercero, un entorno de alta negatividad internacional seguramente afectará el apetito de riesgo hacia mercados emergentes subiendo las primas de riesgo país a nivel global y perjudicando en el margen al menos, las bondades de una potencial oferta. El tiempo dirá cuál de estos tres conceptos se terminará imponiendo a la hora de negociar finalmente con los acreedores.
El castigo incluso no solo abarca el espectro emergente sino además economías muy estables como Australia, Nueva Zelanda y Canadá, las tres exportadoras de commodities. Al ser Australia un importante socio comercial de China, su dinámica económica nos permite de alguna manera anticipar los impactos que ya viene teniendo desde mediados de enero toda la desaceleración del bloque asiático. De esta forma, el dólar australiano también ha sufrido fuertes depreciaciones dado que al igual que emergentes es un “commodity currency”, de la misma forma que Nueva Zelanda y Canadá. Además, el mercado accionario de Australia medido en dólares norteamericanos no pudo escapar el castigo a todo el mercado mundial de acciones y ha sufrido también severos daños. Esto describe entonces un mapa que no solo impacta al mundo emergente sino también a todas aquellas economías del G10 con exposición a commodities.
De esta forma, un año que ya había comenzado negativamente para todo el espectro de commodities y monedas emergentes, se ha acelerado notablemente frente a un mundo que intenta evaluar los daños en materia de desaceleración global que generaría el virus. En este entorno de alta complicación para toda economía emergente, aquéllas con mayores vulnerabilidades han sido especialmente castigadas. Un ejemplo es el EWZ de Brasil, ETF que replica en dólares el mercado accionario de Brasil describiendo uno de los mayores castigos a todo el espectro emergente frente a un país que ante un mundo más complejo sigue sin poder mostrar una historia convincente de crecimiento a futuro.
Otro ejemplo es el ECH de Chile, ETF que replica mercado accionario chileno en dólares frente a un país que muy en breve enfrentará un plebiscito de reforma constitucional con toda la incertidumbre que dicho evento implica. Y finalmente, el mercado accionario argentino ha sido también muy castigado frente a un mundo que espera que en breve Argentina comience a resolver su principal escollo: restructuración de su deuda soberana en una coyuntura más compleja a la que se anticipaba.